Mucho mejor que la tintura
Aclaro que no tengo nada en contra de la gente que se tiñe (o de que la gente se tiña), pero desde muy chica me di cuenta de la gran diferencia entre teñirse por gusto y teñirse por obligación. Mi madre y abuela pertenecen a la población femenina a la que no le queda otra que hacerlo sí o sí. Como muchas, partieron con la idea de disimular una que otra cana por ahí y lenta e imperceptiblemente fueron avanzando hacia una implacable esclavitud. ¡Las raíces no perdonan! Una vez comenzado, el ritual debe llevarse a cabo sin falta sí o sí, con toda la parafernalia, inversión de tiempo y cuero cabelludo irritado que eso implica. Después de ver todos esos malabares desde que tengo memoria, mi reacción a todo lo que implique tintura es un rotundo NO, GRACIAS. Desastroso y todo, la verdad es que me encanta mi pelo y no tengo la menor intención de echarlo a perder si es que puedo evitarlo. ¿Para que tanto menester, sufrimiento y tiempo desperdiciado si existen las pelucas? Ese ha sido mi pla...