Kareen con doble e

Sí, otra vez tuve un caso de ausencia masiva o "retraso excesivo", por ponerlo de manera linda... Con hoy ya van tres. La diferencia es que esta vez fui preparada. Nada como un poco de lana y patrón de amigurumi para pasar el rato; eso después de que me aburrí de hacer guías y pautas de evaluación, y sin nada que corregir... Igual me tengo que quedar en el laboratorio para cumplir con el horario y que el resto de la gente vea que no soy una alucinación, mito o fantasma; eso y que no me hubiera venido nada mal dar uno que otro tirón de oreja en caso de que se dignaran a aparecer. Nuevamente me quedé con las ganas, pero por lo menos no fue tiempo totalmente perdido. No se malentienda; la situación me preocupa, en términos de asistencia, programación académica y, un poquito egoísta, pero no menos importante, mis (no) horas de clases y sus repercusiones económicas. Me veo mañana escribiendo otro mail sobre este curso misterioso al pobre coordinador académico (no serí

  ¿Recuerdan que hace dos entradas escribí que hubo más de una vez en la que quise compartir algo, pero que por algún motivo al final nunca lo hice? ¿Sí? ¿No? Realmente no importa, pero este es un claro ejemplo de eso. Porque, ¿cómo es posible que una fan de Clamp que tuvo su primer amor con Magic Knight Rayearth no escriba una entrada nada más completar la colección del manga? ¡Principalmente porque está completita desde septiembre! Sí, ni yo lo entiendo, pero nunca es tarde para enmendar descuidos blogueros, incluso uno de este tamaño. Cierto. En estricto rigor mi primer amor fue con el anime y no con el manga propiamente tal, pero no por eso puedo dejar de expresar todo mi cariño y respeto por la versión impresa. Nada más sostener una copia algo más modesta de Editorial Vid (pero no menos bella en el interior) hace poco más de 15 años, supe que estaba tanto, o incluso más perdida por el manga que por la serie de TV. Pasaran los años que tuvieran que pasar, esa colección iba a

No falla. Basta con que yo tome un paraguas para que automáticamente pare de llover, o el goteo sea tan ridículo que no valga la pena abrirlo. En fin la historia de mi vida. Lo bueno es que estoy seca y ya instalada en la sala de profes. Una hora antes de mi clase... Pero eso es algo que tiene sus ventajas. Puedo investigar y pensar en buenos métodos de tortura medieval en caso de que otra vez falte toda la sección, por ejemplo. Sí. TODA la sección. O en cómo reformular la programación del taller si es que esto sigue pasando. De verdad espero que no tenga que llegar a eso (se ve TAN bonito el calendario tal cual está), pero solo en este rato se me ocurrió una idea factible de reacomodar las evaluaciones; nunca se sabe. Por último, siempre puedo avanzar en material para otras clases... o ponerme a hacer cualquier otra cosa personal. Sin más, el viernes pasado, luego de más de 15 minutos de espera, una ida a la farmacia y un poco más de espera para ver con qué excusa me salían en ca