Nada como el olor a lacrimógena

Nada como trabajar al interior de un mall en una de las principales avenidas de Santiago en un día de protestas. Mientras en la Alameda la cosa se iba poniendo fea lentamente, dentro del mall y el instituto el frío no entraba y el aire se sentía limpio. Así, todo bien hasta la hora de salida. Después... Solo acarcarse a las puertas del mall se veía un grupo de gente sin moverse y mirando mirando nervios a un lado y otro de la calle, sabiendo que caminar en cualquiera de las dos direcciones era una mala idea. De todas formas las dos estaciones de metro más cercanas estaban cerradas.

Cuento corto, con una compañera salimos por el estacionamiento del mall y caminamos por las calles traseras, evitando al guanaco (por si no es de Chile, no me refiero presisamente al animal) y parcialmente el olor a lacrimógena. Finalmente entramos al metro dos estaciones más allá de lo que hubiera sido normal, pero lo hicimos enteras. Tuve que cancelar una clase particular, cosa que evité hasta el último, pero fuera de eso todo bien. Otra protesta a la que sobrevive esta brujita.

¿Alguien más que quiera compartir historias de fuga y maniobras evasivas?

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