Manta de cuadritos con restos de lana 2.0


No me bastó con la versión 1.0. ¿Pero qué esperaban? Frío, muchos restos de lana de proyectos anteriores y el infaltable ovillo que te regalaron con mucho cariño, pero que no importa cuánto lo intentes, ¡simplemente no se lleva bien con ningún patrón! Algo había que hacer con todos ellos. Y lo hice.

Mi primera mantita ya me había demostrado que es posible trabajar con lanas dispares sin ningún plan previo (una de las pocas veces en que la virgo se me ha ido a las pailas sin colapso nervioso mediante) y aun así lograr una suerte de juego visual agradable a la vista, si bien bastante humilde. Con eso en mente, tomé el experimento original como base y, con toda la calma del mundo y mucho té y películas de por medio, me puse a crochetear. Algunos restos me dieron cuadritos enteros al tiro, con otros tuve que llegar a medio camino para seguir con otro color y, finalmente, quedó el grupo tan delgado en comparación con sus hermanos que tomé una hebra de cada color y las combiné en una sola. Resultados más entretenidos y dispares, imposible.


Y así, tras varias combinaciones de prueba y un poco de lana negra para unificar todo, esto es lo que quedó:


Un experimento colorinche e improvisado a más no poder y así y todo quedó mejor que si lo hubiera tenido todo fríamente calculado desde el primer punto. Ya probó ser ideal para ver películas y leer o corregir hasta tarde, por lo que esta bruja se declara más que satisfecha. ¿Cómo no me va a gustar jugar con lana?

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