Amada y estúpida tecnología

Japanese Keyboard by DJKneo (deviantart)

Increíble como algo tan tonto como un celular puede causar tanto problema. No que haya pasado algo... ¡qué es precisamente el problema! Verlo hacer algo, así fuera vibrar a destiempo, iluminar la pantalla, hacer funcionar las luces, ponerme en vergüenza sonando en mitad de la clase cuando debería estar en silencio... eso y muchas otras cosas en las que ahora no puedo pensar serían mejor que ver la pantalla sin nada; absolutamente nada. Ya en la casa me dedicaré a averiguar que es lo que pasó, pero esto post lo quiero para otra cosa. Quejarme lo puedo hacer en cualquier momento. Lo VOY a hacer; que no quepa la menor duda. Lo que me ocupa ahora es lo en el aire y, en cierta forma, desprotegida que me siento sin el aparatito en funcionamiento.

Hasta los 17 no supe nada de celulares y la verdad es que me desenvolví bastante bien sin ellos. El PC –que yo pudiera llamar mío propiamente tal y no estar quitándole el suyo a mi tío –no lo tuve hasta los 16. ¡Y de Internet ni hablar! Para eso pasarían al menos otros dos años antes de que pudiera hincarle el diente a gusto. Pero así y todo viví. No creo haberme perdido de nada horrendamente importante y de mis notas y trabajos nadie se puede quejar (empezando por los profes). Ahora... si todo eso es cierto -¡y lo es! -¿cómo es posible que me afecte tanto una pantalla apagada? Y todavía no estoy ni tomando en cuenta el PC... ¡Pufff! Que le pase algo a esa o a cualquier otra parte del computador... ¡eso son palabras mayores! ¡Guerras se justifican por algo así!

Y así y todo, insisto en que viví. De hecho, ahora que lo pienso, la tecnología me ha ayudado mucho en algunas áreas, pero me ha damnificado inmensamente en otras. Sé que en gran medida es culpa mía y de mi falta de disciplina (o perdida de ella), pero me cuesta mucho estar frente a una pantalla y no quedar en blanco. Mis ideas están ahí, yo lo sé, y lo que es peor, muchas de las palabras también, ¡pero a las pobres les cuesta tanto salir! Esa manía de llegar y corregir a la primera mata la fluidez. No puedo evitarlo. Veo las palabras frente a mí como otros las leerían de estar de frente a ellas y antes de darme cuenta ya estoy escribiendo y reescribiendo una y otra vez; buscando la combinación perfecta de palabras. Palabras que se enredan, ideas que se quedan a medias y se atropellan las unas a las otras.

Todo cambia tanto con una hoja de papel y un lápiz en la mano. Claro que nunca dejo de monitorearme completamente, pero algo pasa con el viejo sistema que todo fluye más rápidamente. Las ideas van y vienen y llegan a dónde querían llegar, algo que siempre se agradece.

¿Todavía no adivinan que esto se hizo a lápiz y luego pasó al computador?